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¡Hola a todos! Hoy quiero hablarles sobre algo muy importante para la optimización de sitios web: el cacheo. Si estás aquí es porque seguramente te has topado con la terminología de caché o cacheo en alguna parte de la configuración de tu sitio web. Pero, ¿sabes realmente lo que es y cómo funciona? Antes de profundizar en el tema, vamos a definir qué es el caché. En términos simplificados, el caché es un lugar de almacenamiento temporal para datos que se acceden con frecuencia. En el mundo web, esto se traduce en la posibilidad de almacenar datos de una página web en el navegador o en la conexión entre el servidor y el cliente, para así evitar tener que recargar cada vez que se accede a esa página nuevamente. En esta oportunidad, les presento algunos consejos que les ayudarán a optimizar el cacheo de su sitio web:

Instala un servidor proxy en tu sitio web

Un proxy es un intermediario entre el cliente y el servidor, éste último conecta con otro servidor. Es decir, una vez que llega una solicitud de un usuario al servidor proxy éste redirigirá la solicitud al servidor correcto. Además, un servidor proxy puede guardar las solicitudes de los usuarios y servir una respuesta almacenada en el caché en lugar de enviar una nueva solicitud al servidor.

Configura el cacheo de tus recursos web

Es importante configurar la caché de los recursos del sitio web para que se almacenen en el navegador o en la conexión entre el servidor y el cliente para posibilitar una carga más rápida de las páginas web. Otro aspecto importante es la especificación del tiempo de vida del recurso en caché. Este tiempo de vida se define en la etiqueta `cache-control`. Asegúrate de revisar la configuración de los tiempos de vida en la respuesta de los recursos del servidor.

Cuidado con el tamaño de los archivos caché almacenados en el navegador

Tener una cantidad excesiva de archivos almacenados en caché podría ser dañino para el rendimiento del sitio web. Es importante tener un equilibrio. No deben almacenarse los mismos recursos varias veces en caché en diferentes ubicaciones, ni guardarse sus versiones antiguas. También deben evitarse las plantillas de diseño en caché, o deben tenerse en cuenta las consecuencias de cachearlas.

Usa herramientas para la validación del caché

Existen herramientas como `curl` o `httpie` para validar la configuración del caché de un recurso en caché. Estas herramientas permiten comprobar si el servidor devuelve la información adecuada en la respuesta a las solicitudes de datos y así se puede verificar la correcta configuración del cacheo.

Comprime los recursos en caché

La compresión de los recursos almacenados en caché es una práctica muy beneficiosa porque reduce el tamaño de los datos a transmitir y el tiempo de transferencia de los mismos.

Optimiza la caché del navegador y del servidor

Es importante optimizar tanto la caché del navegador como la del servidor. En cuanto a la caché del navegador, se puede hacer modificando la configuración de las cabeceras HTTP en el servidor web. En cuanto a la caché del servidor, una buena idea es utilizar herramientas y módulos que permitan optimizarla automáticamente. Ahora que sabes todos estos consejos, es importante mencionar que cuanto más optimizado esté el caché de tu sitio web, más rápido se cargará, lo que resultará en una mejor experiencia de usuario, aumentará el tráfico web y mejorar lo probable que la gente pase más tiempo en tu sitio. Espero que estos consejos les hayan sido útiles. Si tienen más ideas sobre cómo optimizar el caché de un sitio web, por favor, no dudes en dejármelas en los comentarios. ¡Hasta la próxima!